Ayer cuando acabe de cenar trate de contaros mis últimos días pero la lluvia que estaba cayendo nos impidió ver el satélite y por supuesto conectarnos a Internet. Como os dice el miércoles era la gran fiesta musulmana llamada Salmahfo. Es como la navidad de los cristianos. Mis trabajadores llevaban días diciéndome que estaba invitada a lo que rápidamente pregunte “¿invitada a la forma de África o a la forma de mi país?” Se rieron y por supuesto me contestaron a la forma de África. Consiste que estas invitado para llevar las cosas para la fiesta.
El miércoles Grandita y yo nos fuimos a llevarle carne al Chief musulmán (el jefe), a los trabajadores y a Medo. Cuando íbamos hacía allí todo el mundo volvía de rezar vestidos con sus mejores trajes musulmanes. A diferencia de Iran, el negro no es el color de moda y todas aunque negras, llevaban colores muy alegres. Manuel, Coco, Raul, y Jamer se fueron a Budbah a celebrar la misa porque les habían mandado una invitación y José Luis y yo nos quedamos solos. En vista del abandono y del día festivo decidimos hurgar en nuestras propias despensas (cada uno guarda sus bienes) y sin planearlo montamos una comida propia de celebración. Yo saqué el jamón serrano que mi padre que me mandó con Miguel y José Luis las alcachofas que su hermana Isa embota de año en año. Nos hicimos dos huevos fritos y allí estábamos mi Xurri, yo y los dos pikines que les llevé para que nos hiciesen compañía. Vaya comida nos metimos entre pecho y espalda. No os imagináis lo buenas que estaban las alcachofas y por supuesto el jamón con huevos fritos. Cuando acabé de comer me fui a poner mi traje africano y como ya había llevado regalo decidí apuntarme a la fiesta en la casa de Medo (Marlingo’s Village, porque viven todos los trabajadores). Pasé un día fantástico con todos lo trabajadores, vimos un partido de fútbol desde lo alto de una roca (el concepto de palco presidencial) y después de la cena nos fuimos a la fiesta que había en el pueblo. Era como Noche Vieja, la noche más esperada para bailar, y ligar unos con otros. Todas las chicas que vienen a visitarnos a diario se habían puesto sus ropitas más arregladas y algunas iban con tacones de la solidaridad española. El sitio era un colegio al que le habían quitado los bancos y habían puesto un equipo de música y una bombilla para darle algo de iluminación al sitio. Es que no os podéis imaginar lo que es un país sin red eléctrica, eso significa que por la noche la máxima luz que ves es los flashes de las luciérnagas y alguna vela que lleve alguien privilegiado. La fiesta fue fantástica, verles a todos emocionados, bailando como locos música africana. Baile y me reí como hacía mucho que no hacía aunque me fui pronto a la cama porque al día siguiente había que trabajar.
Y ayer cuando llegó al invernadero, después de levantarse un día soleado muy apropiado para la construcción, no había ningún trabajador excepto Medo y algún otro que no eran mis trabajadores. Empezamos a trabajar suponiendo que irían llegando pero cuando a las 10:45 no había llegado ningún trabajador le dije a Medo que nos íbamos a despertarles con la campana a la casa. Allí íbamos los dos, encendidos y cabreados porque era como una broma pesada. Medo empezó a gritarles en Criol a los primeros que nos encontramos durmiendo y cuando llegué a la casa allí estaban todos comiendo, sentados en el porche como un día de domingo. Empecé a chillar en inglés y mi última frase fue que si en cinco minutos no estaban en la misión que mañana no viniesen. Se que muchas veces no me entienden y ayer no creo que me entendiesen la mayoría, pero mi cara de cabreo y los cincos minutos lo entendieron de maravilla. Llegaron a la misión y empezamos a acabar las cosas. Pero se desató una tormenta de las que hacen historia y allí estábamos todos debajo del invernadero tratando de no mojarnos.
A las 4 habíamos quedado con Grandpa en ir a Makeni a donar sangre para un niño que llevamos el día anterior al hospital. Nos llamaron por la mañana para ir a buscar algún familiar que le pudiese donar sangre pero eso suponía ir a Kamanbanbarantag y decididos que buscábamos algún “voluntario” entre los trabajadores. Lo de voluntario es teórico porque aquí no existe el concepto de banco de sangre y menos de donar gratis para alguien que ni siquiera conoces. Pero después de conseguir voluntarios y José Luis iba en el caso que ninguno valiese porque es cero negativo, llegamos y solo se pueden hacer análisis por la mañana. Así que ya os contaré como acaba el episodio II de “tratar de cambiar las estadísticas de mortalidad infantil”
Os dejo que me voy al invernadero corriendo
Os quiere
Irene
viernes, 3 de octubre de 2008
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