miércoles, 8 de octubre de 2008

Cada sobremesa se vuelve más graciosa. Hoy José Luis nos ha estado hablando de la Clementina. No os penséis que era una novia, era su lora de Ciudad de los niños. Nos ha estado contando que la crió dándole de comer arroz masticado por el y después de haberla escondido debajo del brazo durante una travesía en barco de 3 horas. Era una cacatúa parlanchina y nos ha contado lo que aprendió. Nos ha empezado a contar que “la Clemen”, así la llamaba, cogía una lata vieja que era su comedero y empezaba a moverlo por los barrotes para hacer ruido gritando “cafée” y que si no la hacian caso empezaba a chillar a la vez que hacia el ruido “cafeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee hijos de la gran puuuuuuuuuuuuuuta” y es que parece ser que en Costa Rica era muy normal lo decir hijo de puta. Con la voz de José Luis suena mucho más gracioso. Nos ha seguido contando historias de la Clemen y es que había un pastor alemán (el perro de José Luis) que la odiaba a muerte pero es que la desgraciada de la lora se lo ganaba a pulso. Imitaba la voz de José Luis llamando a Caiser “ Caiser (silvido) caiser” y el perro se volvía loco. Luego nos ha hablado de la lora de su compañero Caperuzo que se escapó y cuando volvió lo único que se acordaba era el “gloria, gloria, aleluya” que lo contaba a voz en grito con la voz de Caperuzo y fue lo único que Caperuzo no le enseño. Para que veais que hasta con los enfermitos nos reímos.

Mañana os contaré mas que me voy a acostar que mañana tengo que trabajar boku (mucho en criol)

Un beso enorme
Irene

1 comentario:

Elena Esteban dijo...

El invernadero además de impresionante es precioso!!! Normal que estés tan orgullosa. Dile a José Luís que en el siguiente viaje le mandamos el antidoto, uno del atlieti!! Besos,